Posts Tagged ‘Monarquía’

Calles(2). Indalecio Prieto. (Parte 1)

En esta ocasión hablaremos de otro personaje importante en la historia de España, que aparece en los rótulos del otro bulevar importante de Valdebernardo, hablamos de Indalecio Prieto.

Indalecio Prieto Tuero (Oviedo, 30 de abril de 1883 – Ciudad de México, 11 de febrero de 1962) fue un político socialista español.

Nacido en Oviedo y de origen humilde, muy pronto se fue a vivir a Bilbao, donde estudió en un centro religioso protestante. Autodidacta, se vio obligado a trabajar desde muy joven en los más diversos oficios para ganarse la vida. Cuando apenas tenía catorce años comenzó a asistir al Centro Obrero de Bilbao, donde se relacionó con los socialistas, e ingresó en 1899 en la Agrupación Socialista de Bilbao. Inició su vida laboral como taquígrafo en el diario La Voz de Vizcaya. Ya convertido en periodista, empieza a trabajar como redactor del diario El Liberal, del que con el tiempo llegaría a ser director y propietario, y que sería el portavoz de sus opiniones políticas.

Como periodista, en la primera década del siglo XX, Prieto se convierte en figura destacada del socialismo en el País Vasco. En este trabajo aprendió los recursos de la oratoria que tan importantes fueron en su carrera política posterior. Fue ferviente partidario de la Conjunción Republicano-Socialista, a través de la cual consiguió sus primeros cargos públicos —diputado provincial por Vizcaya en 1911— para lo que tuvo que enfrentarse con el núcleo socialista contrario, liderado por Facundo Perezagua, al que expulsó del partido en 1914. Fue elegido concejal del Ayuntamiento de Bilbao en 1917.

Este es el periodo marcado por la Primera Guerra Mundial, en el que España se mantuvo neutral, lo que reportó grandes beneficios a la industria y al comercio español. Pero estos beneficios no se vieron reflejados en los salarios de los obreros, por lo que se fue generando una gran agitación social, que culminó el 13 de agosto de 1917 con el comienzo de una huelga general revolucionaria que, ante el temor de la repetición en España de los hechos acaecidos en Rusia por esas fechas, es reprimida duramente mediante la intervención del Ejército y la detención en Madrid del comité de huelga. Prieto, involucrado como estaba en la organización de esta huelga, huye a Francia antes de ser detenido y ya no volvería hasta el mes de abril de 1918, después de haber sido elegido diputado.

Muy crítico con la actuación del Gobierno y del Ejército en la Guerra de Marruecos, tuvo frases muy duras en las Cortes con motivo del denominado Desastre de Annual de 1921, así como sobre la más que probable, aunque no probada, responsabilidad del rey Alfonso XIII en la imprudente actuación militar del general Manuel Fernández Silvestre en las operaciones de la zona de la comandancia de Melilla.

Su fama como parlamentario aumentó en paralelo a su influencia en el partido, entrando en la Ejecutiva del PSOE. Contrario a la incorporación del partido a la Tercera Internacional, permaneció en el PSOE tras la escisión del Partido Comunista de España en 1921-1922.

Opuesto a la línea de Largo Caballero de colaboración de su partido con la dictadura de Primo de Rivera, se produjeron agrios enfrentamientos entre ambos, lo que le llevó a apartarse de la dirección del partido. En este sentido siempre representó el ala más política y parlamentaria del partido frente al radicalismo sindical de Largo.

Al final de la dictadura tomó partido por la República como salida a la crisis del país, llegando a comparecer, a título personal, ante la oposición de Julián Besteiro, en la formación del llamado Pacto de San Sebastián en agosto de 1930, formado por una amplia coalición de partidos republicanos que se proponía acabar con la Monarquía. En esta cuestión, sin embargo, sí que contó con el apoyo del ala liderada por Largo Caballero, ya que éste  creía que la caída de la monarquía era el único camino por el que, en esos momentos, el socialismo podría alcanzar el poder.

Proclamada la II República el 14 de abril de 1931, Prieto fue nombrado Ministro de Hacienda del Gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá-Zamora y participó en los primeros gabinetes de la República, ocupando las carteras de Hacienda (abril-diciembre de 1931) y Obras Públicas (hasta septiembre de 1933), siendo Presidente de la República Alcalá-Zamora y Jefe de Gobierno Manuel Azaña.

Como ministro de Hacienda, firmó la entrega de la Casa de Campo al ayuntamiento de Madrid para uso y disfrute de sus vecinos, y tuvo que hacer frente a las repercusiones de la crisis internacional en la economía española, manteniéndose en una estricta ortodoxia liberal. Pese a todo afrontó la oposición de los empresarios, que desconfiaban de él, y la del Banco de España, que se resistía a una mayor intervención del Estado en este organismo.

Siendo Ministro de Obras Públicas, continuó y amplió la política de obras hidroeléctricas iniciadas en la época de la dictadura de Primo de Rivera, así como un ambicioso plan de mejora de infraestructuras en Madrid, como el de los enlaces ferroviarios, la construcción de una nueva estación en Chamartín y el túnel de enlace, bajo el suelo de Madrid, entre esta estación y la de Atocha (que la prensa opositora bautizó como Túnel de la Risa, nombre que llega hasta nuestros días), obras estas que no verían la luz hasta muchos años después, como consecuencia de la guerra civil.